miércoles, 2 de enero de 2008

MISA ACTO DE CAMPAÑA

La jerarquía de la Iglesia Católica Española demuestra una vez más que no entiende o no quiere entender la pluralidad con la que ha de convivir en una España democrática.

Es al menos sospechoso que, cuando el Gobierno socialista ha sido más que respetuoso en todo lo que respecta a las relaciones institucionales y llegado a acuerdos también económicos aumentando del 0,52 al 0,70 de la recaudación del IRPF, el montaje del pasado domingo en Madrid, con la coartada de la defensa de la familia cristiana fue un acto político en toda regla que recuerda otras épocas. Ante este evento el partido popular envió nada más y nada menos que al exministro de Aznar, Mayor Oreja .

Creo que a estas alturas nadie se puede llamar a engaño, una mayoría de la cúpula católica de este país está en las tesis y en la línea editorial de la COPE y del máximo exponente FJ LOSANTOS.

Los Demócratas sabremos poner a cada uno en su sitio, es la única forma que tenemos de influir y así lo haremos, nos movilizaremos contra la política intolerante del PP, la jerarquía católica y sus portavoces mediáticos. Soy sincero, me parece mentira, creía que la transición que hicimos no tenia ya enemigos, lo siento hemos de seguir de guardia.

1 comentario:

Cristóbal dijo...

Hola José Vicente,

En primer lugar: buen año. Después iba a escribir un comentario, pero dejaremos que lo haga El Gran Wyoming:

“…Quiero mostrar mi apoyo incondicional, antes no tuve ocasión, a la concentración celebrada en el Paseo de la Castellana de Madrid, hace unos días, en defensa de la familia y los derechos humanos.El acto de protesta lo convocó la cúpula de la jerarquía eclesiástica ante el perverso acoso que padecen las familias de bien y que, según afirmó el obispo de Valencia, “puede acabar disolviendo la democracia” (el que avisa no es traidor).
[…]
En su peligrosa tarea de traer la democracia a España, le hacían el saludo fascista [a Franco] para que se confiara y creyera que estaban de su lado. En esa labor clandestina de camuflaje, se veían obligados a disfrutar de los privilegios que les concedía el dictador, y a callar cuando su policía perseguía a los practicantes de otras religiones. Debió de ser duro. ¡Cómo le engañaron! Siempre les creyó a su servicio mientras tejían en la oscuridad los mimbres que trajeron la libertad a los españoles. Por eso, no es de extrañar que se indignen cuando ven peligrar nuestra democracia. Una pena que sólo acudieran 180.000 personas en lugar del millón y medio que dijeron al Papa que había allí…”

El Gran Wyoming en Público: “Defendiendo la democracia, como siempre”